martes, 7 de septiembre de 2010

El cambio climático

Actualmente se sabe, por un gran consenso científico, que el clima global se verá afectado significativamente en el próximo siglo, a consecuencia de la concentración de gases invernadero. Lo cual da como respuesta una alteración en las precipitaciones globales. También sufrirán cambios los ecosistemas globales.






Es por ello que existe una gran incertidumbre referida al cambio climático global y las respuestas de los ecosistemas, lo cual se traduce en desequilibrios económicos, de vital importancia en países que dependen fuertemente de los recursos materiales.


En relación al impacto sobre los humanos también trae consecuencias: expansión de enfermedades infecciosas, inundaciones de terrenos costeros y ciudades, tormentas más intensas y extinción incontable de plantas y animales, fracasos de cultivos en áreas vulnerables y aumento de sequías, entre otras.


En este trabajo analizaremos las principales causas y consecuencias del cambio climático mundial, sus posibles efectos futuros y de alguna manera concientizar a la especie humana, que es una gran causante y, a su vez, efecto de los cambios en el clima.


EL  EFECTO   INVERNADERO


La progresiva acumulación en la atmósfera de los gases que provocan el llamado Efecto Invernadero (gases de invernadero) han provocado un aumento en la temperatura de la superficie terrestre (calentamiento global). Lo cual tiene consecuencias en el clima y demás procesos que dependen de él.






El Efecto Invernadero en un fenómeno atmosférico natural que permite mantener la temperatura del planeta, al retener parte de la energía proveniente del sol. El aumento de la concentración de dióxido de carbono proveniente del uso de combustibles fósiles ha provocado la intensificación del fenómeno y consecuente aumento de la temperatura global, derritiendo los hielos polares y aumentando el nivel de los océanos.


Otro término a tener en cuenta sería "albedo", que es el reflejo de la radiación solar por la atmósfera y por las superficies del globo terráqueo. Se produce principalmente por las nubes, polvo volcánico, nieve, hielo, superficies oceánicas y terrestres. Es común en zonas desérticas.


El 46% de la radiación solar que llega al planeta es absorbida por la superficie terrestre (23% por componentes de la atmósfera: aire, polvo o nubes, y el resto reflejado por las nubes y la superficie terrestre o dispersada hacia el espacio por moléculas de aire).


La atmósfera y los océanos redistribuyen la energía recibida desde el sol en distintas latitudes. Las superficies de los océanos y los continentes pierden energía irradiando hacia el espacio exterior en longitudes de onda que dependen de sus temperaturas.


Parte de la radiación emitida por la superficie terrestre es absorbida y vuelta a emitir en todas las direcciones, incluso nuevamente hacia la tierra por algunos gases que componen la atmósfera. Estos gases reducen la pérdida efectiva del calor por la superficie terrestre y aumentan la temperatura. Los gases intervinientes en este proceso se denominan "gases invernadero" (atrapan parte de la energía infrarroja y reducen el enfriamiento de la Tierra). El aumento de estos gases provocan grandes consecuencias en el clima, como ser: alteración de temperaturas, alteración en lluvias, aumento de la desertificación, alteración en la agricultura y descongelación de casquetes polares, entre las principales.


La magnitud del efecto invernadero dependerá de la concentración de cada uno de los gases y de la forma en que esa concentración varíe con la altura.


El dióxido de carbono es producido por todos los organismos que obtienen su energía del consumo de oxígeno y por los procesos de combustión natural o de origen humano. Entre las fuentes de producción del metano se encuentran los procesos bacterianos que se generan en los cultivos de arroz, las industrias del carbón, petróleo y gas natural. Los clorofluorocarbonos son producto de síntesis humana que fueron usados como disolventes y como gases refrigerantes.


La causa principal del aumento de los gases invernadero, es la actividad humana: calefacción, industria, agricultura, transporte; otra causa y efecto es el aumento de la población.


El efecto invernadero es indispensable para el desarrollo de las formas de vida propias del estado actual del planeta. Sin gases invernadero la temperatura media sería de 18ºC bajo cero, comparando esto con el valor actual de la superficie terrestre que es de 15ºC.


La concentración atmosférica de gases invernadero aumentó desde el inicio de la era industrial por el aumento de combustibles fósiles y destrucción de las selvas, provocando el aumento de la temperatura media de la atmósfera próxima a la superficie de la tierra (calentamiento global).


La tasa de emisión de gases invernadero en el futuro está determinada por el comportamiento humano, que definirán las elecciones que la sociedad haga en el futuro sobre el uso de combustibles fósiles.


La emisión de dióxido de carbono y gases invernadero se relacionan con factores como: aumento de población, crecimiento económico, costo y disponibilidad de fuentes de energía, producción y consumo, nivel oceánico.


Los cambios climáticos regionales pueden afectar la biodiversidad, las características del hábitat costero, el régimen de incendios forestales y las actividades productivas como agricultura, ganadería, generación hidroeléctrica y el turismo.






PROCESO DEL EFECTO INVERNADERO






El vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2) y el gas metano forman una capa natural en la atmósfera terrestre que retiene parte de la energía proveniente del Sol. El uso de combustibles fósiles y la deforestación ha provocado el aumento de las concentraciones de CO2 y metano, además de otros gases, como el óxido nitroso, que aumentan el efecto invernadero.






La superficie de la Tierra es calentada por el Sol. Pero ésta no absorbe toda la energía sino que refleja parte de ella de vuelta hacia la atmósfera.






Alrededor del 70% de la energía solar que llega a la superficie de la Tierra es devuelta al espacio. Pero parte de la radiación infrarroja es retenida por los gases que producen el efecto invernadero y vuelve a la superficie terrestre.






Como resultado del efecto invernadero, la Tierra se mantiene lo suficientemente caliente como para hacer posible la vida sobre el planeta. De no existir el fenómeno, las fluctuaciones climáticas serían intolerables. Sin embargo, una pequeña variación en el delicado balance de la temperatura global puede causar graves estragos. En los últimos 100 años la Tierra ha registrado un aumento de entre 0,4 y 0,8ºC en su temperatura promedio.










¿Qué podemos hacer?...


Concienciar, divulgar y educar en cada uno de nosotros.
Uso razonable de productos no renovables.
No malgastar energía eléctrica.
Uso de materiales ecológicos.
Eliminación de productos que contribuyen al efecto invernadero.







CALENTAMIENTO GLOBAL


¿En qué nos afecta?


Este calentamiento produce aridez en la tierra afectando a las actividades agropecuarias y según los investigadores en un futuro no muy lejano se fundirán las enormes masas de hielo de los polos, provocando una elevación de los niveles del mar, peligrando seriamente la posibilidad de vida en las costas.


Actualmente se afirma que los vegetales son los mayores consumidores de CO2, el cual toman del aire para realizar la fotosíntesis reduciendo así la cantidad de CO2 en la atmósfera. Antiguamente se pensaba que eran los océanos los mayores consumidores, pero con el efecto evidenciado luego de la indiscriminada tala de bosques se pone en duda ésta teoría, ya que el calentamiento global ocurre rápidamente y el nivel del mar va en constante aumento.






Debido a la contaminación de la atmósfera por los incendios forestales, que a veces tardan semanas y aun meses en ser controlados, la desaparición de vastas extensiones de bosques, el avance de la erosión y de los desiertos, y la quema de combustibles en las industrias, transportes y hogares de todo el mundo, entre otras causas atribuidas en gran parte a la actividad humana, nuestro planeta absorbe cada vez más radiación solar y se está calentando en forma alarmante. Lo que ocurre es que algunos gases -el bióxido de carbono (CO2), y el metano (CH4), principalmente- impiden que se disipe el calor que la Tierra recibe del Sol, igual que sucede en un invernadero al quedar atrapado el aire caliente.


El resultado es que nuestro planeta, según explican los investigadores, está sufriendo un "calentamiento global" y, por ende, un "cambio climático", que se ha relacionado con las catástrofes que han venido ocurriendo en varios países, como el nuestro, por las tormentas, ciclones o huracanes, que traen consigo graves inundaciones y daños a la agricultura, ganadería y a los propios asentamientos humanos, afectados por estos fenómenos. En el extremo opuesto, hay vastas regiones del globo en donde se han acentuado las sequías y las temperaturas extremosas, la falta de producción en el campo, la muerte del ganado por la escasez de agua y forrajes, las hambrunas, enfermedades y desnutrición, entre otras serias consecuencias.


Investigadores del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) -grupo de investigación establecido en 1988 por el Programa de las Naciones para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), con el objeto de evaluar la información disponible sobre el cambio climático- han concluido que de no frenarse el problema del calentamiento de la Tierra, este fenómeno podría provocar un aumento en la temperatura mundial (entre 1.4 y 5.8 grados centígrados), lo que ocasionaría el deshielo de los polos glaciares y, como consecuencia, un aumento en el nivel de los océanos (entre 11 y 88 centímetros), que afectaría a muchas zonas costeras de bajo nivel. Esto pondría en riesgo a millones de seres humanos que habitan no sólo poblados y ciudades pequeñas, sino también grandes urbes, como es el caso de Nueva York y Tokio, entre otras. (México no sería la excepción, pues basta recordar los miles de kilómetros que conforman nuestros litorales, los puertos, ciudades y pueblos que ahí se encuentran, todo ello sin considerar la pérdida de terrenos, playas y demás daños en nuestras costas).


Casi todas las naciones del mundo - México entre ellas- están decididas a tomar medidas para hacer un frente común en contra de estos fenómenos que amenazan la vida en el planeta. La Convención de Río de Janeiro, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, firmada durante la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992, aprobó el principio de precaución o precautoriedad, pues el problema es tan grave, que se debe de actuar de inmediato.


Aire acondicionado


El aire acondicionado es uno de los equipos o sistemas que más consumen energía. Sin embargo, en lugares muy cálidos se convierte en un elemento indispensable para los miembros del hogar. Por ello es necesario que usted observe las siguientes indicaciones:


Mantenga la habitación cerrada mientras esté funcionando el aire acondicionado
Desconecte o apague el aparato al salir de la habitación
Reduzca al mínimo las rendijas (entre puerta y piso, en ventanas, etc. Consulte el siguiente apartado de "Aislantes térmicos" en esta misma sección)
Regule la temperatura del aire acondicionado de tal manera que usted pueda dormir sin cobijas. Si se dispone de un ventilador, es recomendable apagar el aire acondicionado, cuando la habitación está fría, y encender el ventilador, ya que éste consume mucho menos energía
Revise periódicamente si la unidad necesita gas refrigerante. De preferencia, haga que un técnico se encargue de la revisión y de la recarga, si ésta es necesaria
Qué espacios y qué aparatos consumen más energía en mi casa?


Usted mismo puede identificar qué espacios de su casa y/o qué aparatos están provocando el mayor consumo de electricidad y gas. Sólo lo vamos a ayudar un poco para que usted haga un diagnóstico general e inmediatamente comience a aplicar las medidas de ahorro de energía en su hogar.


Es importante saber que en nuestro país la electricidad es el energético que más se consume en los hogares, después del gas LP y la leña. Sin embargo, en las ciudades ocupa el segundo lugar en importancia.


Recuerde que si su refrigerador tiene más de ocho años de uso, le conviene cambiarlo por uno nuevo, que por ser más eficiente consumirá hasta 60% menos energía. Si en su casa hay focos incandescentes (los "normales" que venden en cualquier tienda), que permanecen encendidos mucho tiempo, sería mejor cambiarlos por tubos y lámparas fluorescentes (ahorradoras). Ahora, si su sistema de aire acondicionado, es de modelo atrasado, no ha tenido mantenimiento y trabaja día y noche, es fundamental que usted sepa que la iluminación, el refrigerador y el aire acondicionado son los que más consumen energía en su casa.


Además, tome en cuenta que la energía que usted consume y su dinero pueden también estarse escapando por las puertas y ventanas mal aisladas o por el tiro de la chimenea que no está cerrado o bien por muchas rendijas que no han sido selladas. Si su casa no tiene la hermeticidad necesaria para el uso correcto de la calefacción y/o el aire acondicionado, es necesario que usted utilice aislantes térmicos.


Podemos afirmar que la solución de este problema está resumida en dos directivas principales: aumentar la forestación y quemar menos combustible. Para hacer efectivas estas acciones es necesario orientar a los usuarios hacia una real toma de conciencia sobre el problema y hacerlos partícipes activos en las actividades de la conservación de nuestro medio ambiente.


La clave está en actuar ya.


FORMAS DE ENFRENTAR EL CAMBIO CLIMATICO GLOBAL


Aquí plantearemos algunas formas en que distintos grupos (países) han enfrentado el problema, o proponen enfrentar el problema, del cambio climático global. Todos colocan un fuerte énfasis en la reducción de la emisión de gases invernadero.


En la generación de energía eléctrica se ha invertido en plantas combinadas de calor y poder, en las que se utiliza la energía calórica que antes se perdía.


En la industria, las medidas de ahorro son específicas para cada proceso.


En el sector doméstico, se logrará a través de mejoras en el aislamiento térmico de las viviendas y la mejoría de la eficiencia de los aparatos domésticos a través de mejores diseños y mejor uso, como es el caso de la iluminación.


En el sector comercial los métodos de mejora de eficiencia se lograrán a través de métodos muy similares a los domésticos.


El transporte público, a través de mejoras en la tecnología de los motores, mejor mantención de los motores, cumplir los límites de velocidad y uso más discreto de la aceleración y frenado.


Para que esto se llegue a implementar, es necesario invertir en campañas de educación e información, establecer regulaciones y estándares, junto con fiscalización, impuestos y regulación de precios, incentivos y desincentivos económicos.


Recomendaciones del Sierra Club


Mejorar la eficiencia de los automóviles.
Acelerar las mejoras de eficiencia en el uso energético de industrias, residencias y establecimientos comerciales y públicos, por medio de políticas efectivas.
Estimular y acelerar la investigación y desarrollo de tecnologías basadas en fuentes de energía de energía renovable.
Terminar la deforestación y estimular la reforestación.


POLITICAS DE ACTUACIÓN


La complejidad del problema es tan grande que necesariamente permanecen importantes incertidumbres


muy difíciles de resolver.
Puede producir daños irreversibles
Debe pasar mucho tiempo para que se note el efecto que producirán las emisiones de gases.
Es un problema global y las soluciones deben ser tomadas por el conjunto de los países.
Se deben considerar varios gases con efecto invernadero y aerosoles.
Tecnologías eficaces


Se poseen las tecnologías y se conocen las políticas de actuación que serían eficaces para reducir significativamente las emisiones de gases con efecto invernadero. Así, por ejemplo, en los diferentes sectores implicados se podrían tomar medidas como las siguientes:


En la producción y uso de energía Aumentar la eficiencia en el reciclado de materiales y sustituir materiales y procesos derrochadores por los que provocan menores emisiones de gases invernadero.
Usar vehículos de transporte eficientes, ligeros y de diseño con poca resistencia al aire.
Cambios en el estilo de vida y en los hábitos de transporte.
Uso de combustibles y energías alternativas que no incrementen las emisiones.
Construir viviendas y edificios que usen la energía con mayor eficiencia.
Uso más eficiente de los combustibles fósiles para producir electricidad.
Sustituir el carbón por petróleo y estos dos por gas natural, en la medida de lo posible
Reducir los escapes, especialmente de metano, en la extracción y distribución de los combustibles
Usar más energía nuclear (si se logran solucionar los problemas que supone)
Usar más energías renovables.
En la industria


Se podría reducir muy notablemente la liberación de gases con efecto invernadero (CO2, CH4, N2O, clorofluorcarburos y SF6) en algunos procesos industriales que los usan: producción de hierro, acero, aluminio, cemento, etc. Así, por ejemplo, medidas como la modificación de los procesos de fabricación, la eliminación de algunos disolventes, sustitución de determinadas materias primas.


En agricultura y explotación forestal


Uso de biomasa en sustitución de los combustibles fósiles.


Adecuadas políticas de explotación forestal que detengan la deforestación y que regeneren los bosques allí donde han sido destruidos pueden "secuestrar" grandes cantidades de carbón en los bosques.
Medidas políticas, económicas y sociales






Medidas políticas, sociales y económicas que ayudarían a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero serían:


Poner en marcha las necesarias instituciones y estructuras.
Estrategias del precio de la energía.
Desechar algunas acciones que incrementan las emisiones.
Programas de reducción voluntarios negociados con las empresas industriales.
Estimular la investigación y el desarrollo para hacer disponibles las nuevas tecnologías.
Medidas de mercado que impulsen el uso de las nuevas tecnologías.
Incentivar las energías renovables.
Educación, entrenamiento, información de los ciudadanos y trabajadores.
La catástrofe ecológica


Nuevamente el hombre moderno, con sus proyectos de realizar todo lo que sea posible físicamente en busca de paraísos cada vez más perfectos, sin calcular ni prever el precio de sus acciones, despeja el camino al seguro desastre de la humanidad.


Los pretextos para las actividades irresponsables que el ser humano realiza, se enmarcan en la adquisición de experiencia, precisamente para mitigar los errores cometidos. Pero, solapado tras sus actos, se encuentran los temores a la catástrofe ecológica, que acecha para hacerse presente cuando su efectos sean irreversibles.


La catástrofe ecológica es un fenómeno cuyas circunstancias resultan tan perturbadoras, que la restitución al estado original produce una crisis o ruina de difícil inversión; en su definición más reciente se entiende como el derrumbamiento del hogar. En este proceso se conjugan parámetros que se encuentran firmemente ligados, y que difícilmente pueden ser separados: individuo y especie, ecosistema, y en un aspecto más global la ecósfera.


Una catástrofe de desarrollo prolongado favorece el hábito y posibilita la adaptación y selección.


La catástrofe no se produce sin previo aviso, aunque salvo excepciones sí culmina repentinamente, pero suele ser producto de un largo proceso continuado de determinadas fuerzas influyentes en los movimientos materiales. Ecológicamente hablando no tiene una estricta medida de tiempo; puede suceder en segundos, a lo largo de varios años, e incluso en el transcurso de varias generaciones. Una catástrofe de desarrollo prolongado favorece el hábito y posibilita la adaptación y selección.


Afortunadamente, aún no ha ocurrido una catástrofe total, sin embargo conocemos y somos testigos de catástrofes ecológicas localizadas.


Es de la mano del hombre de donde puede venir la mayor catástrofe ecológica, pues las características de sus acciones son múltiples en el espacio y en el tiempo, dando como resultado una impredecible evolución.


El hombre moderno será finalmente responsable de la crisis, pues es él, con su poder y posición de especie dominante, con su capacidad de imponer la fuerza, el que establece las condiciones sobre los demás seres vivos dependientes (en realidad interdependientes). Esas condiciones antiecológicas y ajenas a un ejercicio racional, supone un osadía frente a la fuente de su propio sustento. El ser humano parece dar un paso adelante y dos atrás en asumir la tarea de sostener las condiciones para su propia existencia.


La supervivencia de la especie humana depende del respeto inmediato a las características ecológicas, y la restauración de los parámetros a niveles que impidan la degradación progresiva. Son estas acciones responsabilidad exclusiva del hombre, por estar dotado de raciocinio y capacidad de análisis de la historia en la que se forma.


Finalmente, cuando el hombre se conozca a sí mismo, se percatará de que sus verdaderas necesidades no dependen de la imparable industrialización y desarrollo tecnológico hacia la búsqueda de paraísos, sino de un medio ambiente limpio y natural, y un equilibrio ecológico que permita la vida estable; la felicidad del ser humano en un ambiente como el descrito vendrá indudablemente impuesta.


Entre las principales catástrofes pueden citarse:


La agricultura


La capacidad de los pueblos de producir suficientes alimentos para consumo propio y de su ganado depende en gran medida del clima: la temperatura, la luz y el agua. Las fluctuaciones a corto y a largo plazo de las pautas del clima –variabilidad del clima y cambio climático- pueden tener repercusiones extremas en la producción agrícola, y hacer que se reduzca drásticamente el rendimiento de las cosechas, lo que obligaría a los agricultores a utilizar nuevas prácticas agrícolas en respuesta a la modificación de las condiciones.


El cambio climático a largo plazo, en particular el calentamiento del planeta, podría afectar a la agricultura en diversas formas, y casi todas son un riesgo para la seguridad alimentaria de las personas más vulnerables del mundo:


Sería menos previsible el clima en general, lo que complicaría la planificación de las actividades agrícolas.
Podría aumentar la variabilidad del clima, ejerciendo más presión en los sistemas agrícolas frágiles.
Los extremos climáticos –que son casi imposibles de prever- podrían hacerse más frecuentes.
Aumentaría el nivel del mar, lo que sería una amenaza para la valiosa agricultura de las costas, en particular en las islas pequeñas de tierras bajas.
La diversidad biológica se reduciría en algunas de las zonas ecológicas más frágiles, como los manglares y las selvas tropicales.
Las zonas climáticas y agroecológicas se modificarían, obligando a los agricultores a adaptarse, y poniendo en peligro la vegetación y la fauna.
Empeoraría el actual desequilibrio que hay en la producción de alimentos entre las regiones templadas y frías y las tropicales y subtropicales.
Se modificaría espectacularmente la distribución y cantidades de pescado y de otros productos del mar, creando un caos en las actividades pesqueras establecidas de los países.
Avanzarían plagas y enfermedades portadas por vectores hacia zonas donde antes no existían.
El calentamiento del planeta también podría tener algunos efectos positivos para los agricultores. El aumento del bióxido de carbono tiene efectos fertilizantes en muchos cultivos, esto incrementa las tasas de crecimiento y la eficiencia de la utilización del agua. Pero los expertos señalan que las numerosas interrogantes que quedan sobre este posible panorama tienen más peso que sus posibles beneficios.


La variabilidad del clima es el mayor problema para los agricultores de hoy


La variabilidad natural de las lluvias, de la temperatura y de otras condiciones del clima es el principal factor que explica la variabilidad de la producción agrícola, lo que a su vez constituye uno de los factores principales de la falta de seguridad alimentaria.


Los extremos del clima –acontecimientos violentos e infrecuentes como las inundaciones, la sequía y las tormentas- aunque son de carácter más espectacular, tienen un menor efecto conjunto en la producción agrícola que las deficiencias crónicas del clima. Tanto la variabilidad del clima como sus extremos pueden aumentar a consecuencia del calentamiento del planeta.


El problema de la deforestación


Se entiende por deforestación a la destrucción a gran escala del bosque por la acción humana. Avanza a un ritmo de unos 17 millones de ha al año.


Entre 1980 y 1990, las tasas anuales de deforestación fueron de un 1,2% en Asia y el Pacífico, un 0,8% en Latinoamérica y un 0,7% en África. La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que consiste en una reducción de la calidad del bosque. Ambos procesos están vinculados y producen diversos problemas. Pueden producir erosión del suelo y desestabilización de las capas freáticas, lo que a su vez favorece las inundaciones o sequías. Reducen la biodiversidad (diversidad de hábitats, especies y tipos genéticos). Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono; si se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede llevar a un calentamiento global de la Tierra, con multitud de efectos secundarios problemáticos. En las regiones templadas la agricultura se basó en la eliminación de los bosques aprovechando la fertilidad de sus suelos.
Los procesos de deforestación son, por lo general, más destructivos en los trópicos. La mayor parte de los suelos forestales tropicales son mucho menos fértiles que los de las regiones templadas y resultan fácilmente erosionables al proceso de lixiviación, causado por la elevada pluviosidad que impide la acumulación de nutrientes en el suelo.


CAMBIOS CLIMÁTICOS PREDICHOS PARA EL SIGLO XXI


Se han llegado a las siguientes conclusiones:


Un calentamiento global promedio, de entre 1,5 y 4,5 ºC ocurrirá, siendo la mejor estimación 2,5 ºC.
La estratosfera se enfriará significativamente.
El entibiamiento superficial será mayor en las altas latitudes en invierno, pero menores durante el verano.
La precipitación global aumentará entre 3 y 15%.
Habrá un aumento en todo el año de las precipitaciones en las altas latitudes, mientras que algunas áreas tropicales, experimentarán pequeñas disminuciones.
Un calentamiento global promedio de 0,3 ºC por década, asumiendo políticas no intervencionistas.
Una variabilidad natural de aproximadamente 0,3 ºC en temperaturas aéreas superficiales globales, en una escala de décadas.
Cambios en los patrones regionales de temperatura y precipitaciones similares a los experimentos de equilibrio.
Hasta las proyecciones más optimistas de acumulación de gases invernadero, no pueden prevenir un cambio significativo en el clima global del próximo siglo. En los peores escenarios, la temperatura superficial global promedio podría aumentar en 6 ºC para el año 2100. Todo esto si el desarrollo global continúa a los ritmos actuales. Si se incorpora la influencia de los aerosoles atmosféricos al modelo, el calentamiento disminuye a aproximadamente 0,2 ºC por década, en los próximos 100 años.


Si las naciones no actúan, el mundo podrá experimentar numerosos impactos adversos como resultado del calentamiento global futuro.


CONCLUSIÓN


Los gobiernos a nivel mundial han reaccionado a ésta amenaza cada vez más cercana. Algo hay en claro, y es que estos problemas son imposibles de solucionar si no hay una conciencia mundial del peligro que corremos.


El cambio climático ha dejado muy clara la globalización de los problemas ambientales.


No es sano dejar la búsqueda de soluciones para el futuro o para cuando se hagan fuertemente necesarias. La atmósfera y los procesos que mantienen sus características no tienen tiempos de reacción muy rápidos comparando con los períodos humanos.


Soluciones a los problemas del adelgazamiento de la Capa de Ozono, al Calentamiento Global, a las alteraciones climáticas devastadoras, no son cuestión de años ni de décadas. Es una preocupación que debe ser tratada de inmediato; no se puede esperar a que los daños sean notables, porque en ese caso ya será tarde para buscar soluciones.


Tenemos que empezar a actuar, desde nosotros mismos, en nuestra vida cotidiana, poner nuestro granito de arena y construir un futuro mejor, o por lo menos en el que se pueda vivir sanamente y sin peligros. No es demasiado tarde aún.


"A la naturaleza se la domina obedeciéndola"


(Francis Bacon)


Fuente: http://www.monografias.com/